Los llamados chiringuitos financieros son personas (brókers o traders) o sociedades que se dedican a la inversión de capital fuera de la supervisión de la CNMV. Son, por tanto, operadores no autorizados.
Estas empresas suelen tener una estrategia comercial muy agresiva, prometen alta rentabilidad de la inversión, inmediatez en el abono de las cantidades y poco riesgo. El modus operandi habitual consiste en ofrecer al inversor que pruebe con una pequeña cantidad de dinero, se le da acceso a una página web en la que el cliente puede ver sus supuestas inversiones, su rentabilidad y, por supuesto, puede recuperar el dinero en cualquier momento. Cuando el cliente ‘ha picado’, no sólo invierte más dinero, comienza a recomendárselo a familiares y amigos.
En realidad, la inversión nunca se produce y la empresa desvía estos fondos fuera de España. Cuando el cliente quiere darse cuenta, muchas veces es tarde y su dinero ha desaparecido. La CNMV advierte en su página web de los chiringuitos financieros y cada vez publica más avisos sobre este tipo de empresas.