¿Quién tiene la culpa en Italia?

[column size=one_half position=first ]» «Esa es la política que siempre hemos hecho, salvar banqueros y bancos sin ocuparnos del sistema bancario -» afirma Bisin[/column]
[column size=one_half position=last ]» El 12% de las obligaciones de deuda de las entidades italianas está en manos de pequeños ahorradores. Estos serían los más duramente golpeados al ser los inversores más desprotegidos [/column]

Quien tiene la culpa, o deja de tenerla, siempre dependerá de quien responda esta pregunta. Para el primer ministro italiano, Matteo Renzi, la culpa es de que cualquiera salvo suya. Y puede que tenga razón. O puede que no. Como afirma El País «El primer ministro busca en Europa una solución urgente para que la crisis bancaria no provoque un estallido social – miles de ahorradores tendrían que pagar la factura que termine por arruinar su futuro político». Renzi opina que los problemas de «algunos bancos» son «fácilmente resolubles«. El primer ministro, que se someterá en unos meses a un referéndum, sabe que ningún político podría sobrevivir a la culpabilidad de una crisis bancaria, social y por tanto política.

El primer ministro, tras dejar claro que las culpas no son suyas si no de sus predecesores, afirma estar principalmente preocupado por la ciudadanía. Esta misma tiene todas las posibilidades de verse afectada por la extremadamente delicada situación por la que atraviesa la banca italiana. Renzi afirma «Nuestro objetivo es proteger a los clientes y a los ahorradores de los bancos italianos y liberar a los institutos de crédito de los problemas y medianas empresas y a la familias

El Ministro de Economía, Pier Carlo, respaldaba, aunque de forma menos entusiasta las palabras de su jefe cerciorando que «las soluciones de mercado son complejas pero posibles«. Por otro lado también, el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, también admitió y apoyo la necesidad de inyectar «con precaución» ayudas públicas puntuales a las entidades.

Visco añade otro foco de culpabilidad más: «El problema de los créditos dudosos, que agrava mucho mas la situación de la banca italiana».

Pero por supuesto Renzi tiene tantos apoyos como detractores. Alberto Bisin, profesor de Economía en la New York University, explica según declaraciones realizadas a El País «No animan a meter dinero público en los bancos sin control de cómo serán ultimados para evitar la crisis y que Italia puede caer en manos del M5S. Pero esa es la política que siempre hemos hecho – salvar banqueros y bancos sin ocuparnos del sistema bancario – y que precisamente ha provocado el ascenso, aquí y en otro países de los nuevos partidos euroescépticos«.

Y de este sistema bancario del que habla Bisin entiende mucho Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN. Suárez lleva muchos años luchando por lograr un cambio de cultura bancaria, que logre cambiar el sistema. Solo así se podrá evitar que todos estos errores no se vuelvan a cometer cuyas consecuencias pagan siempre los ciudadanos. Tras muchos años de lucha en el plano nacional, ASUFIN ha comenzado también a exigir esto por la vía europea.

Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN: «La crisis financiera tiene que ser una oportunidad para cambiar la cultura financiera y evitar antiguos errores. Por eso no podemos apoyar un nuevo rescate a la banca ni la judicialización del conflicto»

Marcello Messori, director del centro de estudios de Economía y Política Europea de la Luiss Univeristy intenta explicar cómo se llego a este contexto. Nuevamente acorde a las palabras escogidas por El País: El sector bancario italiano superó bien la crisis financiera internacional de 2007-2009 porque se trató de una crisis de actividad financiera pero no crediticia. Nuestro sistema era muy tradicional y por tanto no tuvo necesidad de salvamentos públicos. Cuando la crisis se convirtió en una real (2009-2013) las pequeñas empresas –  que son la inmensa mayoría en Italia – empezaron a tener problemas, a convertirse en insolvente y a no devolver los créditos. Nuestro bancos, habían concedido mucha financión al sector real – las pequeñas empresas y las familias – , intentaron salvar el desequilibrio de los préstamos efectuados y los depósitos recogidos emitiendo muchísimas obligaciones».

Estas obligaciones fueron adquiridas principalmente por familias en una proporción altísima, y que nunca se había registrado en Europa: Un 12% de obligaciones están en la cartera de pequeños ahorradores. Esto mismo resulta en que la crisis del sistema bancario no queda exenta de convertirse lo más probable en una crisis social.

Como es lógico es imposible que una crisis bancaria y social no vaya de la mano con una crisis política. El profesor Bisin en este sentido carga de nuevo contra Renzi afirmando que la situación de los bancos italianos realmente no es peor que los de otros países, pero si que el sistema bancario es «ineficiente y clientelar». ·Los créditos se han condedio demasiados veces en función de los contactos con la política. Es difícil establecer cuántos de los créditos son debido a la crisis y cuántos a la estructura clientelar». Según el profesor los bancos en Italia llevan décadas siendo gestionados acorde a los intereses de cada partido.

La banca italiana lleva muchos años dejando a miles de afectados que no han logrado atención hasta que se ha podido plantear un rescate. TUCONFIN es la asociación italiana encargada de defender a los damnificados por la banca italiana y la colocación indebida de sus productos. Su creación y lucha también viene por su creencia, según declaraciones de la presidenta Franca Berno, de que «el gobierno siempre ayude a los banco y no a los ciudadanos y mucho menos a las familias agraviadas». Según Berno la culpa es tanto de los bancos como de los gobiernos, y esto ha derivado en que los consumidores «Han empezado a desanimarse porque tienen un sistema legal que podemos definir como incierto, lento y costoso».

El Banco Central Europeo ya se ha puesto en contacto con el Monte dei Paschi, obligandoles a reducir su volumen bruto de préstamos dudosos hasta dejarlos en 32.600 millones, ya que a finales de 2015 ascendían a los 46.900 millones. Estos «créditos morosos» constituyen un  13% de los créditos de los ofrecidos por el banco. De quien, por tanto, es verdaderamente la culpa siempre depende del prisma desde el que se mire y quien lo mire. Desde ASUFIN, alejados de cualquier tinte político, trabajamos para que los consumidores bancarios españoles y europeos, salgan ilesos de este cruce de acusaciones.

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