Gracias a los último avances tecnológicos se pude conseguir la transformación de lodos residuales en fertilizantes y alimentos para peces.
Las universidades de Granada y de Córdoba han presentado un proyecto de mejora de los procesos de depuración de las aguas residuales. Se basa en una innovadora tecnología que reduce los malos olores que producen estos lodos y, por otro, reduce el tiempo de espera necesario para producir los fertilizantes en hasta dos meses.
La tecnología tras este proyecto se que hay detrás utiliza unas membranas cuya única finalidad es permitir el paso del CO2, mientras que retienen las moléculas de amoníaco, que es la principal causa del mal olor. Junto con los estudios de estas universidades también se están desarrollando para aprovechar las aguas residuales procedentes de piscifactorías y así poder conseguir reducir los residuos y desechos en este sector a cero.
El enfoque de este estudio es transformar las plantas de tratamiento de estas aguas por otras que utilicen para limpiarlas microalgas que generen una serie de proteínas que sirvan de alimento para peces. El sistema es relativamente sencillo. El agua residual pasa por el biorreactor, que se expone a las microalgas. Estas plantas a su vez se alimentan de los excrementos de los peces. Una vez hayan limpiado el agua se filtran y ese agua de devuelve a los taques de los peces pero hasta con un 40% más de proteína. Este aprovechamiento es lo que se conoce como economía circular.
Esta tecnología aún se encuentra en periodo de prueba. Sin embargo, la empresa que se ocupa de su producción espera poder poner un biorreactor plenamente funcional con capacidad para procesar cincuenta mil litros de aguas residuales en los próximos meses.
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