La huella ecológica es un indicador del impacto ambiental de las actividades humanas sobre la naturaleza
Esta representa la relación entre la demanda que el ser humano hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, con la capacidad ecológica de la Tierra (también conocida como Biocapacidad) para abastecer recursos naturales útiles y absorber los desechos generados por los humanos en definitiva regenerar dichos recursos.
Tanto la biocapacidad como la Huella Ecológica se expresan en una misma unidad: hectáreas globales (hag).
A nivel global, la biocapacidad del planeta por cada habitante es de 1,8 hag, o lo que es lo mismo, si tuviéramos que repartir el terreno productivo de la tierra en partes iguales, a cada uno de los más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les corresponderían 1,8 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año.
Con los datos de 2005, el consumo medio por habitante y año es de 2,7 hectáreas.
Es más, en solo los primeros siete meses de 2019, la humanidad ha agotado ya todos los recursos naturales que sus ecosistemas podrían regenerar en un año.
La conclusión es, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir y la Economía circular podría ser la solución a este problema.