Financiar mil euros con una revolving cuesta hasta 464 euros en intereses

El principal peligro de las revolving radica en la combinación de intereses de pago de la deuda muy elevados con plazos de amortización que se extienden en el tiempo y que crean una auténtica ‘trampa’ financiera

«Llevas un crédito en el bolsillo, con el peligro que conlleva en cuanto a un mal uso del mismo y pago desproporcionado de intereses”, explicó hoy nuestro experto, Antonio Gallardo, en el webinar dedicado a los peligros de las tarjetas revolving. En el mismo, puso el ejemplo de una compra por importe de mil euros financiada con una tarjeta de este tipo a través de cuotas mensuales de 25 euros. La factura total de la operación asciende a unos intereses que casi igualan la mitad de lo adeudado: 464 euros.

Este ejemplo pone de manifiesto uno de los principales peligros de estas tarjetas: el plazo extenso que se emplea en amortizar toda la deuda. Con una cuota tan reducida, liquidar esa cantidad nos lleva hasta cuatro años y once meses.

Otras cuestiones polémicas de estas tarjetas tienen que ver con sus reclamos, explicó el responsable de Estudios de ASUFIN. ¿Las podemos considerar gratis? En absoluto, aunque así se ofrecen a los potenciales clientes, ya no suelen disponer de comisiones de mantenimiento, al menos el primer año.

Sin embargo, combinar un interés muy alto de devolución de la deuda con plazos largos es lo que ha puesto a estas tarjetas en el foco de las reclamaciones. En estos supuestos, hay que tener en cuenta que cada mes se amortiza una parte muy reducida de la deuda, en “cómodas” cuotas que apenas alcanzan los 25 ó 30 euros. Y al resto que queda sin pagar se aplican intereses muy elevados, superiores al 20%.

Además, la primera opción que ofrecen las entidades o compañías que comercializan estas tarjetas es que usemos el fraccionamiento. A diferencia de otras tarjetas, que tenemos liquidación a final de mes, con las revolving se nos incita a que alarguemos el pago de la deuda en el tiempo.

Gallardo ofreció una serie de consejos para usar de forma adecuada estos plásticos y no caer en los peligros que tienen: pagar siempre la cuota máxima posible, procurar no traspasar dinero de cuenta corriente a crédito, no contratar los seguros de protección de pago que suelen incorporar estas tarjetas, huir de los descuentos por fraccionar el pago y usar preferiblemente otras fórmulas de financiación más baratas, como los préstamos al consumo.

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