Los ciberdelincuentes trabajan sin parar para crear nuevas estafas y timos con los que poder engañar a la gente y robarles sus datos personales y bancarios.
La última y nueva estafa llega a través de una llamada de una teleoperadora, que se hace pasar por la compañía telefónica de Jazztel. La empresa ya ha comunicado a sus clientes a través de un correo que se están haciendo pasar por ellos y como consecuencia, no se hace cargo de los posibles daños que los hackers puedan causar.
Pero ¿en qué consiste la estafa? El modus operandi es algo complicado, pues el plan es elaborado y está pensado para no levantar ninguna sospecha.
Primero nos llamará un desconocido, haciéndose pasar por un comercial de Jazztel. No nos pedirán los datos, es más, los delincuentes suelen conocer ya nuestros nombres, apellidos e incluso domicilio. Nos informarán de su nueva promoción flash, en la que nos regalan el último modelo de teléfono del mercado a cambio de que alarguemos la permanencia con su compañía y escaneemos un código de barras. Una propuesta irrechazable, la cual la víctima se verá tentada a aceptar. Una vez aceptado el trato, el siguiente paso es que le envíen el teléfono a domicilio, pero cuando lo reciba, el móvil vendrá sin el código de barras. Cuando el comercial llame, la víctima le comunicará el accidente, entonces se procede a cambiar el smartphone por uno nuevo que incluya el código de barras.
Esta vez el comercial si le pedirá sus datos, algunos que no levantan demasiada sospecha, como su nombre y apellido, y otros como el número de la tarjeta de crédito, con el pretexto de que esta vez es la víctima quien debe encargarse de los gastos de gestión y de envío.
Es en ese preciso momento donde la víctima cae, pues ya confía en el comercial y no se espera que se trate de una estafa para quitarle una gran cantidad del banco, pero es así. A partir del robo, el comercial desaparece y con él, el dinero y por supuesto, el teléfono.
Desde ASUFIN recordamos que no se debe confiar ni compartir datos con personas que no conozcamos o hayamos contrastado que son quien dicen ser. Nuestros datos personales y bancarios suponen un gran poder y si otra persona los posee, puede suplantarnos la identidad, robarnos dinero o incluso venderlos a terceros.
Si has sido víctima de esta estafa u otras estafas de phishing, te animamos a que nos contactes y nos cuentes tu caso, ¡podemos ayudarte!
