Esta vez, no es distinta de las anteriores: el riesgo oculto de las hipotecas multidivisas

Por su interés reproducimos aquí el primer artículo de una serie acerca de las hipotecas multidivisas

Escrito por Sigrún Davíðsdóttir [periodisa islandesa, miembro de European Legal Committee for Consumer Rights]

El Franco suizo dejó de tener un tipo fijo en relación al euro el 15 de enero de este año, lo que puso de manifiesto una vez más el riesgo de los préstamos en moneda extranjera para los prestatarios sin cobertura. En Europa Central, Oriental y Europa Sudoriental (CESEE), los préstamos en francos suizos y otras divisas, principalmente en euros, han sido habituales desde la década de 2000, a menudo ascienden a más de la mitad de los préstamos otorgados a los hogares. La crisis de 2008 puso un poco de freno a estos préstamos, no impidió sin embargo que se sigan padeciendo las secuelas. Actualmente, las demandas judiciales de los prestatarios de divisas extranjeras en varios países también están revelando un aspecto menos glorioso: ventas abusivas e incumplimiento de las directivas europeas en materia de protección de los consumidores. Los banqueros que han participado en la comercialización de los préstamos en moneda extranjera, invariablemente, afirman que los bancos no podrían prever la fluctuación de divisas. Sin embargo, todo esto ha sucedido antes en diferentes partes del mundo, sobre todo en Australia en la década de 1980.

«La crisis financiera 2008-09 ha puesto de manifiesto los problemas asociados a los desequilibrios de las divisas en los balances de los prestatarios de los mercados emergentes, especialmente en la Europa emergente», así lo manifestaron en el verano de 2009 los economistas del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, BERD, Jeromín Zettelmeyer, Piroska Nagy y Stephen Jeffrey. *

En el gran esquema de los países de Europa Occidental y del Norte, este desajuste fue un efecto secundario de la crisis de 2008 que pasó casi desapercibido. Pero en el BERD, centrado en Europa central, oriental, Sureste Europeo, CESEE, países, el economista jefe Erik Berglöf y sus colegas preocupados desde hacía tiempo por las divisas porque este tipo de préstamos era común en esta parte de Europa. Los préstamos en divisas per se no eran el problema, sino el hecho de que estos préstamos eran en gran medida otorgados a prestatarios sin cobertura, es decir, los prestatarios que no tienen activos ni ingresos en divisas.  La Iniciativa de Viena, lanzada en enero de 2009 por el BERD, las organizaciones y los bancos europeos e internacionales para ayudar a resolver los problemas derivados de los países CESEE con una presencia importante de los bancos extranjeros, también se ocupó parcialemente de este tipo de préstamos.

En Islandia, los préstamos en divisas despegaron en 2003 a raíz de la privatización de los bancos: para los bancos que crecieron más allá de la capacidad de financiación de los depositantes islandeses, la financiación extranjera sirvió para financiar la expansión de los bancos en el extranjero. Los tipos de interés islandeses eran altos y los tipos del euro, franco suizo, CHF y el yen eran más atractivos. Sin embargo, la situación era diferente en octubre de 2008, cuando los bancos ya se habían derrumbado: a finales de octubre de 2007, 1 euro valía 85 coronas islandesas, un año después 150 y en octubre de 2009 185.

Después de que los prestatarios islandeses demandaran a uno de los bancos, el Tribunal Supremo declaró en una sentencia de 2010 que los préstamos en divisas eran legales, pero no los préstamos indexados en divisas que la mayor parte de los préstamos a hogares habían contratado. Le tomó más tiempo y varios juicios para determinar las consecuencias legales: los préstamos de los hogares se volvieron a calcular en coronas islandesas aplicando los tipos de interés de las divisas que eran más favorables. Algunos procedimientos judiciales están todavía en marcha, pero ahora se discute si los préstamos en divisas son acordes con las directivas europeas en materia de protección al consumidor.

En todas estas historias en las que los préstamos en divisas se convierten en una soga alrededor del cuello de los prestatarios de varios países europeos, los veteranos banqueros siempre dicen lo mismo: «no podríamos prever las fluctuaciones de la moneda!«. En sentido estricto, esto es cierto: no es fácil de prever cuándo exactamente va a ocurrir una fluctuación de la moneda. Sin embargo, estas fluctuaciones son frecuentes; en consecuencia, si un préstamo tiene un plazo de vencimiento de más de unos pocos años es tan cierto como que la tierra gira alrededor del sol, que se dará una fluctuación de ca. 20%, a menudo mucho más.

Curiosamente, muchos de los bancos emisores de préstamos en divisa en la Europa emergente, efectivamente, han hecho movimientos para asegurarse de este riesgo, pero no advirtieron del mismo a sus clientes. Según el economista en el Banco Nacional de Suiza, SNB, Pinar Yesin «los bancos en Europa han tenido de forma continua más activos extranjeros denominados en moneda que pasivos, lo que indica su conciencia sobre el riesgo crediticio inducido por el tipo de cambio al que se enfrentan

De hecho, muchos de los bancos que habían colocado estos préstamos sin proteger a sus prestatarios, sí que tomaron medidas para cubrirse ellos mismos. Es comprensible, en tanto que se trata de un riesgo conocido ya que ha sucedido antes. Las recientes historias sobre la miseria de los préstamos en divisas en varios países europeos no son más que una repetición de lo que ocurrió en muchos países de todo el mundo en las décadas anteriores: por ejemplo, los acontecimientos en Australia en la década de 1980 son como una copia de los acontecimientos europeos. En Australia se filtraron documentos que revelaron que los banqueros de alto nivel sabían muy bien del riesgo para los prestatarios pero mantuvieron esta información para sí mismos.

También se puede argumentar que, dadas ciertas condiciones, los préstamos en divisas comercializados masivamente en los países CESEE, hicieron que los prestatarios se endeudaran por mucho más de lo que hubieran podido hacer frente en moneda nacional, lo que hace de los préstamos en divisas un tipo de préstamos de alto riesgo. Lo que ahora parece claro es que los casos de ventas abusivas, comisiones poco claras y documentación insuficiente están saliendo a la luz, aunque lentamente, en los préstamos FX Europea a los desportegidos prestatarios.

 

Préstamos en divisas en  Europa Central, Oriental y Europa Sudoriental (CESEE): ¿en qué medida y por qué?

Una impactante imagen de los préstamos en Europa emergente es que «las finanzas en moneda local vienen en segundo lugar» con la excepción de la República Checa y Polonia, tal y como Piroska Nagy señaló en octubre de 2010, en referencia a la investigación BERD. Con unos mercados financieros subdesarrollados en estos países, los sistemas bancarios están dominadas en gran medida por los bancos o las filiales de bancos extranjeros extranjeros.

Esto también significa, como Nagy subrayó, de que hay una necesidad urgente de reducir «riesgos sistémicos asociados con los préstamos multidivisa de prestatarios desprotegidos» ya que esto eliminaría las principales vulnerabilidades y «mejoraría la eficacia de la política monetaria

Aunque se han tomado medidas en algunos de los países europeos afectados por préstamos en divisas, algunos problemas «heredados» se mantienen, es decir, los problemas derivados de los préstamos en divisas proliferaron en los años hasta 2008, e incluso más tarde. En resumen, los préstamos en dividas siguen siendo un problema para muchos hogares y una amenaza para los bancos europeos, además de la morosidad, es decir, los préstamos en mora, provenientes de préstamos multidivisa comercializados sin cobertura.

La diferencia más notable en términos de comportamiento de los bancos es evidente en las operaciones de los bancos austriacos si uno compara la comercialización de los préstamos en divisas en el propio país, en Austria el país del euro, frente a la comercialización en los países vecinos. En Austria, los préstamos de divisas estaban disponibles para los individuos ricos que en su mayoría cubrieron a sus préstamos en divisas mediante ‘préstamos globo‘ (Balloon loans) (por ejemplo, aplicando sólo el tipo de interés -«interest only») con seguros de algún tipo. En el extranjero sin embargo, «estos préstamos en la mayoría de los casos no se habían concedido principalmente a los hogares relativamente altos ingresos«, como algo eufemísticamente se indica en el informe de Estabilidad Financiera del Banco Central de Austria, OeNB en 2009.

Hay muchas evidencias que permiten concluir que durante los años de auge, los bancos estaban empujando a los prestatarios a contratar préstamos en divisas, en lugar de al revés. Por lo tanto, se puede concluir que el préstamo en divisas en países CESEE eran de alto riesgo, es tanto que las personas que no cumplían con los requisitos para contratar un préstamo en moneda nacional podían pedir prestado lo mismo o más si lo hacían en divisas. Esto también permite explicar por qué los préstamos de divisas a prestatarios sin cobertura se convirtieron en un problema tan importante en estos países.

Cuando estos préstamos se han convertido en un tema político, los prestatarios en divisa a menudo han tenido que soportar las acusaciones de avaricia; que estaban tratando de ganar apostando en el mercado de divisas. En 2010 Martin Brown, economista en el Banco Nacional Suizo y otros dos economistas publicó un estudio sobre «Préstamos moneda extranjera – demanda o la oferta inducida?» En el mismo tratan de responder a esta pregunta gracias al estudio de los préstamos a empresas búlgaras 2003-2007. Lo que descubrieron fue que el 32% de los préstamos en divisas contratados por las empresas de la muestra habían solicitado en primer lugar un préstamo en moneda local.

«Nuestro análisis sugiere que el banco presta en moneda extranjera, no sólo a las empresas de menor riesgo, sino también cuando la empresa solicita un préstamo a largo plazo y cuando el propio banco tiene más fondos en euros. Estos resultados implican que los préstamos en moneda extranjera en la Europa del Este no sólo estaba impulsado por los prestatarios que intentaban beneficiarse de los tipos de interés más bajos, sino también por los bancos reacios a prestar a largo plazo en moneda local y ansiosos para que coincidieraa con la estructura de la moneda de sus activos y pasivos. »

En otras palabras, los bancos tenían más fondos en euros que en la moneda local y, en consecuencia, con los préstamos en divisas (en este caso, el euro), los bancos se estaban cubriendo a sí mismos, además de distanciarse de las condiciones internas inestables. Un apoyo adicional para esta teoría son los préstamos en divisa en Islandia, que despegaron cuando los bancos empezaron a buscar financiación en los mercados internacionales. (El efecto de la financiación en divisas de los bancos no es indiscutible: para más información acerca de las causas de los préstamos en divisas en Europa ver «Informe de Transición» del BERD 2010, Capítulo 3, esp Recuadro 3.2.)

 

La lección de Australia: con una información clara «… nadie en su sano juicio … habría seguido adelante con este préstamo»

La desregulación financiera comenzó en Australia a principios de 1970. En este contexto, el dólar australiano fue lanzado en diciembre de 1983. Hasta 1985, los bancos en Australia habían comercializado los préstamos en divisas, a menudo a los agricultores que anteriormente tenían poco acceso al crédito bancario. Sin embargo, el dólar australiano comenzó a caer a principios de 1985; desde finales de 1984 hasta el punto más bajo en julio de 1986, el índice ponderado por el comercio se depreció más de un tercio. En consecuencia, los préstamos en divisas se convirtieron en una carga demasiado pesada para muchos de los excavadores, con las ya conocidas terribles consecuencias: la quiebra, pérdida de hogares, ruptura de matrimonios y, en los casos más trágicos, el suicidio.

Los banqueros australianos se encogieron de hombros; que todo había sido imprevisible. Los prestatarios en divisas que intentaron demandar a los bancos perdieron miserablemente en los tribunales al no poder probar que los banqueros les habían dicho las fluctuaciones de la moneda nunca sería tan graves y que si lo fueran, el banco intervendría. Como un juez expuso: «Un endeudamiento en divisas no es en sí peligroso, simplemente porque las oportunidades de ganancia o pérdida, puede existir«. La opinión generalizada en el sistema de justicia australiano es que los clientes habían entrado voluntariamente habían en un juego de azar, donde algunos pierden, algunos ganan.

Pero el juego resultó ser un ejemplo equivocado: un jugador sabe que él está jugando; los prestatarios en divisas no sabían que estaban involucrados en el juego de las divisas. Los clientes se organizaron, en 1989 constituyeron la Asociación de Prestatarios en Moneda Extranjera (Foreign Currency Borrowers Association) y demandaron a los bancos. La marea finalmente se volvió a favor de los prestatarios y en contra de los bancos; los tribunales se dieron cuenta de que, a diferencia de los jugadores que son totalmente conscientes del riesgo, los prestatarios no lo eran debido a que los bancos no habían cumplido con su deber de informar adecuadamente. Pero para entonces los prestatarios en divisas ya habían sufrido el dolor y la miseria durante 4-5 años.

Lo que cambió la situación fueron los documentos internos, concretamente dos cartas, presentadas en el primer día de un juicio en contra de uno de los bancos, de Westpac. Estas cartas, filtradas por un denunciante de Westpac, John McLennan, mostraron que cuando el préstamo en cuestión se publicó en marzo de 1985, la entidad ya era muy consciente del riesgo, pero no dijo nada a sus clientes. Los empleados de las sucursales a menudo ignoraban los riesgos y no entendían plenamente los productos que estaban recomendando. Cuando se supo que se habían filtrado estos documentos, Westpac demandó McLennan – un ejemplo clásico del acoso que los denunciantes casi invariablemente tienen que sufrir – pero más tarde se llegó a un acuerdo con McLennan.

Como un ex-alto directivo lo resumió en 1991: «Vamos a hacerle frente – nadie en su sano juicio, si hubieran hecho un análisis adecuado de lo que podría suceder, habría seguido adelante con ello.» (Vea aquí una visión general de algunos casos judiciales de Australia en relación con los préstamos de divisas).

 

Prestatarios FX de todas los países se unen!

«Probablemente como muchas otras otras personas (.) Sentí que los bancos sabían lo que estaban haciendo, y tu sabes, que se podía confiar en que daban el asesoramiento adecuado«, así resumió en  1989 un cliente de Westpac en un documental australiano sobre la historia de préstamos en divisas.

Esta excesiva confianza en las entidades financieras retrasó la acción contra los bancos en Australia en la década de 1980 y en todas las historias similares. Sin embargo, en algún momento, los clientes de los bancos se dieron cuenta de que los bancos toman sus obligaciones hacia los clientes a la ligera, mientras que se preocupan much más de salvaguardar los intereses propios. Al igual que en Australia, la forma más eficaz es la creación de una asociación para luchar contra los bancos de una manera eficiente.

Esto ha sucedido en muchos países europeos afectados por los préstamos en divisas y la devaluación. En una conferencia en Chipre a principios de diciembre, organizada por la abogada chipriota Katherine Alexander-Theodotou, representantes de quince países se reunieron para compartir experiencias, informar del estado de la cuestión y de las medidas adoptadas en sus países en relación con los préstamos en divisas. Este grupo está trabajando ahora como una organización paraguas a nivel europeo, cuenta con una página web y tiene como objetivo ia a influir en la protección del consumidor en el ámbito europeo.

España forma parte de la zona euro y, sin embargo los bancos en España han estado vendiendo préstamos en divisas. Patricia Suárez Ramírez es la presidente de Asuapedefin, una asociación española de consumidores financieros creada en 2009. Según Suárez, desde la decisión del Banco Nacional Suizo en enero, el número de miembros de Asuapedefin se ha duplicado. «Hay un desequilibrio de información entre los bancos y sus clientes. De haberse dado la información completa, nadie en su sano juicio hubiera invertido todos sus ahorros en moneda extranjera poniendo como garantía su vivienda habitual. Los bancos tienen acceso a previsiones como Bloomberg y sabían ya desde principios de 2007  que el euro se iba a devaluar frente al franco suizo y al yen japonés «.

Al igual que en Australia, las primeras demandas en la mayoría de los países europeos, en general, y por diversas razones, no han tenido éxito: los jueces no han tenido a menudo suficiente experiencia en materia financiera; como en Australia, los clientes carecen de pruebas; tiende a haber un sesgo a favor de los bancos y, hasta ahora, sólo unos pocos casos han alcanzado altas instancias de los tribunales. Sin embargo, en Europa la marea podría estar cambiando a favor de los prestatarios en divisas, gracias al impulso que ha tenido un afectado húngaro.

 

El caso de Árpád Käsler y el Tribunal Europeo de Justicia

En abril de 2014, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se pronunció sobre el caso de Hungría a raíz de una cuestión prejudicial remitida por el Tribunal Supremo húngaro: Árpád Käsler y su esposa v OTP Jelzálogbank, TJCE C-26/13. Los Káslers habían impugnado las comisiones del banco que, según ellos, indebidamente favorecieron al banco y también afirmaron que el contrato de préstamo no había sido claro: el contrato autoriza al banco para calcular la cuota mensual sobre la base del precio vendedor del franco suizo en el que el préstamo se basó, pero el importe del préstamo se determinó por el banco sobre la base del tipo de cambio comprador.

Después de ganar su caso, el banco apeló la sentencia al Tribunal Supremo por lo que se planteó una cuestión prejudicial para aclarar «la interpretación de los artículos 4 (2) y 6 (1), de la Directiva 93/13 / CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, relativa cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores (DO 1993 L 95, p. 29, «Directiva» o «Directiva 93/13»). »

En su sentencia, el Tribunal de Justicia Europeo da la razín a los Káslers al determinar que la aplicación de un cambio distinto para el tipo de cambio era abusivo: el banco, en contra de lo que afirmaba, no incurrió en costes adicionales en tanto que el préstamo sólo estaba indexado a francos suizos; esto es, el banco no entra en el mercado para comprar francos suizos. El Tribunal también dictaminó que no era suficiente que el contrato fuera «gramaticalmente inteligible para el consumidor«, sino que también debe ser redactado de manera «que el consumidor está en condiciones de evaluar las consecuencias económicas …» del contrato para él. En cuanto a la tercera pregunta – lo que debería sustituir el contrato si se consideraba abusivo – el TJCE dejó que el órgano jurisdiccional nacional para decidir sobre el asunto.

Tras la sentencia del Tribunal de Justicia en abril de 2014, el Tribunal Supremo de Hungría falló a favor de los Káslers: la estructura para el cálculo del cambio había favorecido al banco y no era justo, el contrato no era lo suficientemente claro y el préstamo debía estar vinculado a los tipos de interés fijados por el Banco Central húngaro. – Al igual que en los casos de Australia, la lucha de Käsler llevó años con el consiguente dolor personal y el costo económico.

La legislación húngara se basa en la jurisprudencia, lo que significa que el efecto sobre otros contratos de préstamos similares no era directa. En julio 2014 el Parlamento húngaro decidió que los bancos que habían comercializado préstamos en divisas debían recalcular los préstamos de la manera que se dictaminó en el juicio Käsler.

La Autoridad Bancaria Europea, EBS es el nuevo regulador europeo. La sentencia del TJCE en muchos aspectos refleja lo que la EBA ha venido señalando desde el momento en que se creó en el año 2011. En su asesoramiento en 2013 sobre las buenas prácticas para los préstamos hipotecarios responsables destaca «un enfoque global de la divulgación de los préstamos en moneda extranjera, por ejemplo, utilizando escenarios para ilustrar el efecto de los movimientos de interés y tipos de cambio«.

 

Apuesta calculada vs ciega en la mesa de juego

«Desde la sentencia del TJCE en el caso Käsler, los jueces en España han comenzado a fallar a favor de los consumidores frente a los bancos«, dice Patricia Suárez Ramírez. Hasta ahora, la evidencia apoya su opinión de que la sentencia del TJCE en el caso Käsler, aunque lentamente, está determinando el curso de otros casos similares en otros países de la UE.

Los préstamos en divisas eran claramente un riesgo para los prestatarios desprotegidos en los países en los que estos préstamos eran frecuentes. Si los juicios por venir serán a favor de los prestatarios, como en el caso TJCE C-26/13, los bancos se tendrán que enfrentar a claras pérdidas: en algunos casos incluso pérdidas considerables si los préstamos de divisas tienen que ser recalculados en gran escala, como, efectivamente sucederá en Islandia.

Voces desde el sector financiero ya están señalando el carácter abusivo de las demandas que pretenden obligar a los bancos a recalcular los préstamos en divisas o a compensar a los desprotegidos prestatarios. Sin embargo, parece claro que los bancos hicieron una apuesta calculada sobre los préstamos a prestatarios sin cobertura. En el mejor espíritu del capitalismo: si usted gana, algunos pierden. La injusticia que aquí no se aplica a los bancos, sino a sus desprotegidos clientes, que creyeron en el deber de información de los bancos, y que en lugar de venderles el producto con claridad, se les llevó con los ojos vendados a la mesa de juego.

* El primer borrador fue escrito en julio de 2009; publicado 2010 como documento de trabajo BERD.

Este es el primer artículo de una serie sobre los préstamos en divisas en Europa: Los bancos europeos y la desapercibida amenaza para los prestatarios en divisas sin cobertura. El próximo artículo será sobre los bancos austriacos, los prolíficos prestamistas en divisas, tanto en casa como en el extranjero, aunque con una diferencia intrigante. La serie se publica simultáneamente en mi blog Icelog  y en «Un puñado de euros» (Fistful of Euros).

 

» Vea aquí un artículo anterior de la serie de préstamos en divisas, publicado en «Un puñado de euros» (Fistful of Euros) y mi propio blog, Icelog.

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