Es necesario cambiar radicalmente la forma de producir, distribuir y consumir alimentos

En la última década hemos conseguido que más de la mitad de los suelos fértiles hayan dejado de serlo

A lo largo de la historia hemos construido un sistema agroalimentario cuya principal tarea no es promover la producción de alimentos sanos y cuidar de tierra, sino que favorece notablemente al deterioro de los campos, a reducir la biodiversidad y acelera el cambio climático. 

Los expertos en esta materia nos informan sobre los efectos de la industria agrícola, ya que estos sistemas modernos, son la causa que más de la mitad de los suelos no sean fértiles, además de haber provocado la perdida de 1/4 de la variedad de insectos.

La producción y distribución de alimentos agrícolas, incluida la ganadería, son responsables de entre el 20 %-30 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 70 % del consumo mundial de agua.

Cambiar radicalmente la forma de producir, distribuir y consumir alimentos es cada vez una necesidad más alarmante. Es un reto hay que abordar cuanto antes, ya que el cuidado de la tierra y los seres vivos tendría que ser una prioridad.

El cambio podría consistir en un nuevo modelo basado en los principios de la agricultura orgánica, que proteja los equilibrios ecosistémicos y favorezca la inclusión social.  El sistema bancario es un actor clave para potenciar el cambio, mediante la financiación de proyectos agroalimentarios respetuosos con el medioambiente.

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