Destacamos que se haya puesto el acento en preservar las condiciones, en empleo y oficinas, que permiten una operativa bancaria inclusiva
Valoramos de forma positiva que el ministro de Economía, Empresa y Comercio, Carlos Cuerpo, se haya referido hoy a “las políticas de protección de los mayores, discapacitados y usuarios en general, en materia de inclusión financiera, a las que tenemos que dar continuidad”, y que de manera concreta ASUFIN ejerce, junto con otros actores, como la Plataforma de Mayores y Pensionistas y Defensoría del Pueblo, de garantes e interlocutores, desde hace tres años.
Consideramos positivo que en el marco de la OPA planteada por BBVA sobre el Banco Sabadell se establezca como condicionante que ambas entidades operen separadas durante tres años, lo que supondrá garantizar el mantenimiento de una red de oficinas y empleados suficientes para la atención de todos los usuarios.
Desde ASUFIN consideramos que determinada operativa como retirada de efectivo, la realización de movimientos bancarios o garantizar de puntos de atención bancaria en núcleos pocos poblados deben ser considerados servicios económicos de interés general, a semejanza de lo que sucede con Correos, para así garantizar que llegan a todos los ciudadanos, vivan donde vivan. Esta demanda nos parece clave, en línea con lo planteado por Defensoría del Pueblo, y que cobra relevancia en este contexto de la OPA planteada.
Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN, abunda en que “la concentración bancaria nos aboca, irremediable, a la exclusión financiera por el cierre de entidades duplicadas. La desbancarización del territorio es la cara B del proceso de la reestructuración bancaria a la que asistimos y que hereda la acaecida en la anterior crisis financiera de la década pasada”.
El número de oficinas bancarias ha sufrido una drástica reducción del 43,27% en los últimos diez años, de contar con algo más de 45.600 unidades a prácticamente la mitad: cerca de 26.000. “La progresiva desaparición de establecimientos supone un paso más para crear una brecha digital y financiera entre los clientes menos acostumbrados al uso de las nuevas tecnologías o los más necesitados de asesoramiento financiero, es decir, tanto el segmento mayor como el más joven de la población”, advierte Patricia Suárez. “Cuantos menos bancos y más grandes existan, más fácil es comportarse de una forma no competitiva y, por tanto, obtener rentas de oligopolio”.