Ya son más de 400 fintech las que operan en España, lo que se traduce en alberga al rededor de 7.500 profesionales, un 50% más de empleos que el año anterior. Y aún así, la inversión en este sector tecnológico sigue siendo bajo.
Sin embargo, la creación del banco de pruebas controlado para facilitar que las fintech e insurtech desarrollen sus proyectos tecnológicos de innovación, supondrá un “gran impulso” para las fintech, según un estudio realizado por AEFI.
La nueva ley de sandbox fue aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado mes de septiembre y se espera que el Senado haga lo mismo en noviembre. Se planea que su puesta en marcha no se producirá hasta principios de 2021, pero todos los expertos concuerdan en que se trata de una muy buena oportunidad para el país.
Según los expertos hay que aprovechar que en Europa todavía no hay muchos países que han desarrollado este tipo de bancos, y su puesta en marcha supondrá una gran ventaja para España. Podrá suponer la atracción de una inversión de unos 1.000 millones de euros en dos años, y la creación de más de 5.000 empleos estables.
El estudio afirma que el sandbox regulatorio español es ambicioso porque incluye dos modalidades, la de exención y de no sujeción. Que permiten el estudio de los proyectos más innovadores de las grandes corporaciones.
Uno de los cabos sueltos que quedan pendientes por cerrar es el presupuesto que destinará el Estado al proyecto, en el que participa Economía, CNMV y Banco de España.
Se busca que el gran beneficiario sea consumidor, ya que contará con productos innovadores totalmente testados y regulados, y aumentará la competencia, algo que es muy positivo para los clientes.

Formamos parte del Comité Nacional de Pagos del Banco de España
El organismo supervisor cuenta con Patricia Suárez, como nuevo miembro de este foro en el que industria y sectores interesados se reúnen para consolidar la infraestructura d epagos

Encuesta BEUC: al 55% de los europeos nunca le han ofrecido una inversión sostenible
Y ello, a pesar de que el 86% muestra preferencia sobre inversiones que tengan un impacto positivo, según una encuesta de BEUC a 10.000 europeos de 11 países
 
								 
								

